Errores frecuentes al darnos una ducha

En este artículo les  compartir 8  errores  frecuentes al darnos una ducha  y que podrían estar afectando nuestra salud. Darnos un baño podría ser el mejor hábito de la vida si seguimos los consejos y nos animamos a cambiar el modo en que veníamos haciéndolo.

1. Usar agua muy caliente

Es verdad que cuando hace mucho frío afuera o llegamos a casa después de empaparnos con la lluvia lo único que queremos es darnos una ducha bien caliente. Sin embargo, no es lo mejor según los médicos de la OMS.

Errores frecuentes al darnos una ducha

El agua ha de estar templada en cualquier momento del año para no resecar la piel ni dañar el cabello. Aproximadamente en 30 °C es lo óptimo. Aunque no podemos poner un termostato o termómetro en el baño, podríamos indicar un parámetro intermedio entre frío y caliente para saber si estamos en lo correcto.

2. Elegir un champú de mala calidad

A veces vemos ofertas en el mercado y compramos un producto que dista mucho de ser bueno. Es preciso prestar atención al tipo de cabello que tenemos y sus necesidades específicas (por ejemplo, si nos teñimos, si tenemos caspa, si se nos cae el pelo, etc). Más allá de la marca o del coste debemos elegir el champú y el acondicionador por su composición. Para que realmente surta efecto hay que usarlo durante 6 meses en continuado.

Por otra parte, no debemos equivocarnos al pensar que el 2 en 1 es una opción ideal para tardar menos en la ducha. Cuando se mezclan estos productos no realizan su trabajo de la manera correcta.

3. Tardar mucho en secarnos

Cuando terminamos de bañarnos cerramos el grifo y quizás nos quedemos ordenando la tina o dejando que el agua se escurra sola de nuestro cuerpo. En ese tiempo la temperatura ambiente irá descendiendo y esto puede traer consecuencias para nuestra salud como, por ejemplo, resfriarnos.

Lo mejor sería secarnos con una toalla dentro del habitáculo y luego vestirnos sin esperar demasiado. Debemos evitar salir para ponernos la ropa en la habitación, ya que el cambio de calor a frío o las corrientes de aire pueden ser perjudiciales.

errores frecuentes al darnos una ducha

4. Usar demasiado jabón

Tenemos la creencia de que a más cantidad de espuma por nuestro cuerpo, más limpios estaremos. Menudo error. Los perfumes y otros componentes que tiene el jabón no solo quitan las bacterias dañinas sino que además  barren  con el manto ácido que tiene la piel.

Nada menos que para ser una protección natural contra los virus o cualquier microorganismo que desee ingresar a través de los poros. Hay que tener mucho cuidado también de enjuagarse bien el jabón o el champú, ya que puede provocar dermatitis irritativa, alergias o incluso caspa.

5. Emplear esponja

Son muy suaves y pueden ayudar a exfoliar el cuerpo. Sin embargo, también son un foco de gérmenes. En el caso de querer usarlas, que cada uno en el hogar tenga la suya propia.

Si existiese alguna lesión cutánea, dermatitis, descamación o cualquier otro problema dérmico se recomienda comprar una esponja nueva.

6. Desenredar el pelo en la ducha

Las mujeres suelen aprovechar que se están bañando para peinarse y quitar los nudos que se van formando en su cabello. ¿Sabías que eso trae como consecuencia que las hebras se debiliten y queden más opacas y quebradizas? Además, estarás gastando una gran cantidad de agua innecesaria.

Una vez salgas de bañarte cepíllate el pelo cuando aún está mojado. Y para secarlo mejor emplea la toalla. Trata de no salir del baño con el cabello muy húmedo porque puedes enfermarte. ¡Y mucho menos ir a la calle en seguida!

7. Bañarse muchas veces al día

Algunas personas repiten baño en dos o más oportunidades cada jornada. Por la mañana para despertarse, por la tarde después de hacer deporte y por la noche antes de acostarse. Eso no es bueno aunque haga calor o realmente estemos todo transpirados.

En el caso de que no haya otra alternativa las duchas han de ser lo más rápidas posibles y con muy poco jabón. Si es posible, no lavarse la cabeza cada vez.

8. Ignorar áreas difíciles

La espalda, las uñas de los pies, los talones o los codos son zonas que solemos  pasar de largo cuando nos bañamos. Tener siempre a mano un buen cepillo para alcanzar todas las áreas del cuerpo es vital para evitar que proliferen las bacterias, la piel se vea descuidada o se produzcan enfermedades.

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